Miércoles 20
Entonces le dijeron: «¿Quién eres tú para que respondamos a los que nos han enviado? ¿Qué tienes que decir en tu favor?».
«Yo soy la voz del que clama en el desierto: «Enderezad el camino del Señor», como dijo el profeta Isaías».
Juan 1:22-23
Juan el Bautista comprende su identidad de profeta. Entiende en qué consiste toda su vida. Toda su vida consiste en preparar el camino del Señor. Entiende las palabras del profeta Isaías aplicadas a su vida. Pero, ¿cómo lo entendió? La Biblia no nos lo dice con exactitud, pero probablemente fue algo así…
Desde muy pequeño, Juan iba a la sinagoga. Escuchaba las lecturas de los cinco primeros libros de la Biblia: la Torá y los Profetas. Su padre Zacarías y su madre Isabel le enseñaron también estas lecturas. Al escuchar estas lecturas, se sintió atraído por el profeta Isaías. Le resonaban. Le hablaban a su corazón de una manera profunda que no acababa de comprender. Entonces, un día estaba escuchando en la sinagoga, o sus padres le estaban enseñando, y se leyó este versículo del capítulo 40 de Isaías. Y a Juan le golpea entre los ojos, o algo le atraviesa el corazón y se emociona y dice: «¡Ese soy yo! Esas palabras describen lo que será mi vida».
¿Cuáles son los pasajes o relatos de las Escrituras que resuenan en ti, por los que te sientes atraído? Escribe el primer versículo o personaje o pasaje bíblico que te venga a la mente. Pide al Espíritu Santo que te muestre cómo se aplica a tu vida.
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